ACTIVIDAD DE REFLEXIÓN Y ANÁLISIS 14: Asesorando en crecimiento personal/espiritual

A quien me puedo dirigir más concretamente en esta entrada sin duda alguna es a mí mismo, porque hacerlo de otra persona, sea la que fuere, ya me he dado cuenta que me concierne también a mí mismo, ya que todo lo que pueda decir de otras personas me lo puedo aplicar yo en cierto sentido.

Puedo decir cuál ha sido mi itinerario hasta ahora, en términos generales y sin concretar demasiado en términos de crecimiento personal. Tal y como comenté en mi presentación en clase, empecé a replantearme mi vida de manera muy seria cuando tuve una desagradable experiencia laboral en una empresa multinacional dedicada a grandes instalaciones, y por el nivel de presión al que me vi sometido. Eso fue allá por el año 2012.

Cuando me despidieron por falta de trabajo en esa empresa, me sentí sinceramente muy aliviado y contento de poder relajarme durante una temporada, sin saber concretamente qué es lo que iba a hacer en adelante. Posteriormente, años después, me di cuenta de que la presión tan enorme que sentía fue el reflejo de la presión que yo mismo llevaba y que no era consciente en aquellos momentos. Hace falta hacer paradas importantes de vez en cuando para hacernos conscientes de los caminos que seguimos y que ya no tienen más recorrido. Cuando digo paradas importantes me refiero a paradas durante varios meses o años, que nos cambian la vida. Así, por ejemplo, tener una criatura me parece un cambio crucial en la vida de cualquier mujer, más ahora que en el pasado, porque en la actualidad es posible poder hacer cambios importantes, y en el pasado no era así.

A partir de esos momentos comenzó un itinerario muy diferente en mi vida, y empecé a adquirir mucha información acerca de lo que estaba pasando en el mundo, para indagar en las causas más profundas de las crisis financieras, sociales, económicas y de valores. Fueron unos años interesantes de sentirme libre para darme tiempo e implicarme en iniciativas variopintas. 

Me impliqué en varios grupos, uno de ellos con otras 3 familias, en el que nos embarcamos en un proyecto de convivencia los fines de semana en un monasterio que ya no funcionaba como tal, en Becerril de Campos (Palencia), con la idea de promover otro estilo de vida más relacionado con la ecología, tanto en los alimentos, como en el reciclado, como en cualesquiera otros aspectos. Fue una interesante experiencia junto con mi pareja, que nos llevó unos 6 años en total, y que me dio creo que un cierto bagaje acerca de la problemática que surge en la convivencia con los demás para entenderse, para cooperar, llegar a acuerdos, hacer talleres de todo tipo, y compartir muchas comidas con muchas personas diferentes.

Recomiendo a cualquier persona que quiera mejorar en su crecimiento personal, tener algunas experiencias de convivencia en grupos, porque se aprende bastante.

Paralelamente a implicarme en unas cuantas iniciativas sociales, mi investigación sobre las causas profundas de los conflictos citados me llevó finalmente a mí mismo, o a que la causa está en nuestras propias mentes sin tener que buscar responsables fuera de nosotros. Entiendo que no se entienda esto, porque suena raro en el mundo que vivimos y lo que nos han enseñado, pero he comprobado tantas veces la verosimilitud de dicha afirmación que no me cabe la menor duda ya de que es así. 

He acompañado a algunas personas en diferentes momentos en los últimos 8 años, con situaciones complicadas en sus vidas, a las que llegué a través de conocidos o amigos/as, y que creo les ayudé a mejorar hasta donde pudieron y pude, si bien también me fui dando cuenta cada vez más claramente, que yo también era quien estaba siendo ayudado a comprender mejor la influencia de mi pensamiento en mis percepciones. 

En este sentido mi mayor recomendación para cualquier persona que quiera asesorar a los demás, en temas de crecimiento personal o espiritual, pero se puede llevar a cualquier terreno, es que cada vez que vea en los demás algo que le chirríe o le remueva o altere, estén cerca o muy lejos, empiece a preguntarse qué es lo que está rechazando en su propia mente y que le está mostrando la otra u otras personas y que rechaza en ellas. Cuando además comprenda el camino de mejora que se le está mostrando, entonces empezará a calmarse cada vez más y más, a estar más tranquila, a tener mayor inteligencia para comprender cualquier idea, cualquier cuestión que se le pueda presentar, y se sentirá cada vez mejor y más libre para pensar y sentir. Para esto hace falta dedicarse tiempo, y finalmente todos creo sinceramente que estamos llamados a esto, sea cuando sea, incluso puede ser que sea dentro de mucho tiempo.

He comprobado que cada persona tenemos nuestras etapas vitales muy personalizadas, y el interés por el crecimiento personal inicialmente, y después el crecimiento espiritual posteriormente, llegan cuando lleguen y no se puede forzar llegar antes. Sí suele ocurrir, por lo que he podido comprobar hasta ahora, que cuando llegamos a límites de sufrimiento importantes, que nos 'rompen' y nos deshacen, entonces son momentos de probable cambio de mentalidad; aun así, no todas las personas dan el salto en esos momentos.

Estoy seguro que todos necesitamos mejorar en algunos aspectos importantes, pero sólo un sector minoritario todavía en las sociedades se da por aludido a este respecto. Me parece que la presión mental va a seguir creciendo, consecuencia de un sistema de pensamiento que llevamos proyectando demasiado tiempo ya y que precisa de un cambio de 180º para la supervivencia de la especie humana y del mundo, si bien es posible volver a empezar casi de cero como ya ocurrió en el pasado, y con el consiguiente dolor y sufrimiento colectivo y global que hemos conocido en el siglo XX con una segunda guerra mundial sobre todo que aniquilo a millones y millones de personas.

La violencia no está fuera de nuestras mentes, está en ellas y hasta que nos hagamos conscientes de lo inconsciente y nos demos cuenta de la misma. Entonces es cuando podemos empezar otro camino de paz y real prosperidad.